viernes, 19 de febrero de 2010

Cuando la lumbre se va apagando.

Cuando la lumbre que mantiene encendida la llama de tu primer amor se va apagando, el cosmos se hace ambiguo y confuso ante lo inevitable. Se desangran los sentimientos, se esfuman, cual humo que abraza las nubes, las respuestas ante las preguntas eternas que mimetizan la expiración en un inesperado esperado momento que conocemos pero nunca deseamos que llegue.
Cuando la lumbre que avivó la llama de tu existencia y te enseñó, cuando eras solo una oruga sin alas, miles de cosas que tu cerebro no recuerda, se consume, llegan los momentos en los cuales la incertidumbre se transforma en sombras que resucitan los dolores, que en metamorfosis con la indiferencia se han somatizado en la piel haciéndote polizonte pasajero de los días que juntos han existido.
Cuando la lumbre del amor más puro que Dios ha legado a los hombres se consume, llegan los días estériles en los cuales la tangibilidad que intenta sintetizar las formas difusas de lo que te rodea, cabalgando sobre el zarpazo harapiento del destino, cual emisario fugitivo del inconsciente, llega para recordarte que el tren que lleva hacia la eternidad no transporta cuerpos sino recuerdos.
Cuando la lumbre que enciende los ojos de tu madre se va apagando, despiertas ante la sonrisa etérea de la muerte, solicita compañera que intenta desmaterializar los sabores del placer que la compañía te ha brindado y los cuales debes esconder en el baúl más recóndito de tu memoria para que no sean hurtados por su más fiel cómplice, el olvido. Es el momento en que descubres que ningún dolor es tan profundo.

jueves, 4 de febrero de 2010

El Edicto de Condorito (Fanfic de condorito)

-Tal como ha sido la última voluntad de don Epamimondas, tio y único pariente del ciudadano Condorito, todo el territorio que abarca Pelotillehué y sus alrededores pasan a ser de su propiedad.
Los hurras son acompañados por fuertes aplausos.
-Como nuevo dueño de este territorio declaro a este pueblo como la capital del reino de Pelotillehué, donde por supuesto soy el rey y Yayita la reina y mi primer decreto es el siguiente:
Silencio en espera de que hable.
-Nombro a mi compadre Don Chuma como el tesorero real, él se encargará de administrar el dinero que ustedes a partir de hoy deben pagar como impuesto y a mi suegro Don Cuasimodo como el recolector de estos.
Se escuchan gritos de protesta pero el rey sigue hablando.
-Mi sobrino Coné será el príncipe heredero del trono en caso de que por alguna conspiración urdida por ustedes yo muera, eso les enseñará que si creen que soy un mal rey el próximo será peor.
Nuevos gritos de protesta.
-Todos los bienes de Pepe Cortisona pasan a manos del reino y él desde el momento que firme este edicto se desempeñará como el cuidador oficial de Washington y Matías, teniendo entre sus obligaciones mantenerlos aseados y felices.
-Pajarraco del demonio, me la pagarás. –le grita el aludido.
-El bar el Tufo pasa a ser propiedad de Garganta de Lata, quien se compromete a emborracharse todos los días y a colocar a su mujer como la que sirva las mesas en el mismo.
-Estás loco- le grita ella.
-Mi buen amigo Ungenio será mi mayordomo y por cada equivocación que cometa en sus funciones, los habitantes del reino deberán cancelar un céntimo de multa.
-Gracias.-replica este.
-Che Copete será el nuevo defensor de los ciudadanos ante la corte.
-Estamos fritos-comenta otro
-A Doña Tremebunda le asigno la tarea de ser la comandante de la policía local y por cada detenido le pagaremos dos céntimos de recompensa.
-Pobre de nosotros.-exclama cabello de ángel.
-Quien no esté de acuerdo con lo antes declarado tiene cinco minutos para desaparecer del reino y no volver más.
Un gran estruendo se escucha seguidamente.
Todo el alrededor es arrasado por la estampida humana de los habitantes del lugar.
-Tío no debiste decir las últimas palabras.-le comenta Coné
-¿Y por qué no me lo dijiste antes?
-Buena broma nos has echado-le recrimina Doña Tremebunda.
-Con permiso, me voy al bar a cumplir con mis obligaciones, ahora que la harpía de mi mujer se ha marchado, seré un borracho feliz.-dice Garganta de Lata.
Mientras camina dice en voz alta.
-Ojalá no se hayan llevado la bebida.
En ese momento un trueno hace estremecerlo todo y aturdido por el susto de un salto Condorito cae desde la cama al piso.
Abre los ojos parsimoniosamente y dice.
-¡Que alivio! Era solo un sueño. Pensé que me habían disparado. Eso de ser Rey como que no es para mí.
 
Kala Editorial