Y llegaste…
Invisible e incondicional,
con el encanto
de la promesa
y la magia
de tu presencia,
divino resplandor
que descubre
el ansías infinita
donde van los sueños.
Volátil y fugaz,
inmarcesible,
flor de otoño
en el invierno
de los años,
ánfora de caricias,
en la dicotomía
de los momentos,
gitana de caricias
entre el espectro
de la piel amanecida..
Y llegaste…
Silenciosa e irreal,
sinuoso despertar
de la pasión,
vitral de la locura,
aliento del tiempo
que en la calidez
de los besos
roba momentos
que se eternizarán.
domingo, 28 de diciembre de 2008
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